Monzón Napalm
Enrique Molina
Ediciones Sunda
1968 - 1 edición
Tapa blanda, rústica con amplias solapas
32 páginas
Tamaño: Octavo Mayor (20x22) - apaisado
En interior, ilustrado en azul y sepia por Esperilio Bute
Impreso en Buenos Aires (Argentina)
✶ ESTADO: 9/10. Excelente estado
Sin detalles
Lenguaje natural
Es previsible que digas: El Rio de los Perfumes
ha desplegado sus alas una curtiembre de carroñas
pero esas aguas testimoniales erigieron un palacio
de humo y huesos que se encabritan
en la gran fritura donde con tanta lentitud en el aire ácido
el cadáver se yergue y lanza su estridente grito de gallo decapitado
sin una sola vacilación
le vuelve la espalda y se pierde en las ruinas
la inmóvil mujer del fin del mundo que deposita sobre la mesa
el humeante pastel de trapos sangrientos
con la tiara y las pelucas viscosas de la tumba en plena cocina
hasta el fondo
de esa adorable carne vulnerable donde uno se instala
de pronto bajo una piedra tatuada y el "sacerdote de las religiones" levanta una rata hinchada sobre el altar y comulga
con sus fieles entre los relámpagos
himnos y buenos sentimientos
se ama tanto vivir se ama tanto vivir
aunque estas aguas susurren su gloria frenética
un muerto descomunal sobre la muralla
Enrique Molina
✶ CONTENIDO:
INDICE
1- Hue
2- Lenguaje natural
3- Hueco nocturno
4- Crónica
5- La prisionera
6- Información
7- Estetoscopio
8- Go home
✶ EXTRA: Sobre Enrique Molina
Enrique Molina nació en Buenos Aires el 2 de noviembre de 1910, pero su infancia transcurrió lejos del asfalto: primero en Corrientes y luego en Misiones, entre selvas y ríos que marcaron para siempre su imaginación. Estudió abogacía en la Universidad de La Plata y se recibió en 1936, aunque jamás ejerció. Apenas tuvo el título en la mano, lo dejó todo para embarcarse como grumete en el primer mercante que zarpaba hacia España. Así comenzó una vida errante que lo llevó, como marinero raso, a recorrer puertos de Europa y de las tres Américas, acumulando oficios, historias y un repertorio de experiencias que más tarde alimentarían su poesía.
En 1952, ya instalado nuevamente en Buenos Aires, fundó junto a Aldo Pellegrini la revista surrealista A partir de cero. Fue uno de los grandes cultores del surrealismo en la literatura argentina, con un lirismo a la vez cerebral y visionario que lo emparenta con Alberto Girri y Olga Orozco. Durante un tiempo ofició de secretario de Oliverio Girondo, quien, fiel a su idea de que “el poeta debe ser pobre”, lo pagaba poco, pero le regalaba sus trajes. Molina, con ironía, decía que gracias a eso era “uno de los poetas jóvenes mejor vestidos de Buenos Aires”.
Como pintor, actividad creativa que también ejerció, Molina concibió apariencias en un espacio onírico, con una pureza y enigma que se relacionan íntimamente con su poesía.
Forjó una de las obras más sólidas e imponentes del género lírico en Argentina, contribuyendo significativamente a la poesía en su medio.
Molina murió en Buenos Aires el 13 de noviembre de 1997, dejando una de las obras poéticas más sólidas y singulares de la literatura argentina. Quienes lo conocieron recuerdan su conversación como una fuerza capaz de alterar el clima de una habitación: intensa, vertiginosa, y cargada de esa extraña electricidad que solo poseen los verdaderos poetas.
Obra
La producción poética de Enrique Molina evolucionó desde un surrealismo tardío hasta un modelo telúrico y cósmico, con similitudes al poeta francés Lubisz Milosz. Si bien su obra no se caracteriza por su extensión, sí lo hace por su densidad y peso específico dentro del género en Latinoamérica. Principales obras de poesía:
• Las cosas y el delirio (1941)
• Pasiones terrestres (1946)
• Costumbres errantes o la redondez de la Tierra (1951)
• Amantes antípodas (1961)
• Fuego libre (1962)
• Las bellasfurias (1966)
• Hotel Pájaro (1966)
• Monzón Napalm (1968)
• Los últimos soles (1980)
• Una sombra en la que sueña Camila O'Gorman (1973)
• El ala de la gaviota (1985/1989)
• Hacia una isla incierta (1992)
• El adiós (póstuma, 1997)
Enrique Molina