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Los increíbles

Julio Huasi

Ediciones Reunidas Ultimátum

1965 - 1° edición

Ejemplar dedicado y firmado por el autor

Tapa blanda, rústica sin solapas

110 páginas

Impreso en 1965 en Buenos Aires (Argentina)

 

"A Diego, con un abrazo, Julio Huasi -

1° de octubre de 1965, Buenos Aires"

 

✶ ESTADO: 9/10 Muy bueno

Tapa y contratapa con detalles menores. Las últimas dos hojas del libro presentan detalles: mal corte de imprenta. En ambos casos, ver fotos

 

✶ EXTRA: Julio Huasi, el juglar del exilio - por Miguel Martínez Naón

 

Las Madres de Plaza de Mayo lo recuerdan como un “hombre entero, algo de lo que muy pocos pueden vanagloriarse”. Para ellas, Julio Huasi decidió quitarse la vida porque no soportó una sociedad que no le dio nada. “No le dio trabajo porque vino del exilio; no lo reconoció como ser humano ni como persona, no le dio afecto y lo marginó”.

 

Huasi (que en lengua mapudungun significa “la casa de todos”) nació, según dice uno de sus poemas, «en un augusto conventillo de parque patricios» un 20 de marzo de 1935.

A fines de los sesenta vivió en Chile; allá se casó y nació su hija Tania. Formó parte del MIR (Movimiento de Izquierda Revolucionaria) y colaboró para la revista "Punto Final". Residió allí durante cuatro años.

 

Sonata popular en Buenos Aires se titula su primer libro, y le siguen Humanería, Estrellea, Tragibundo, Asesinaciones, entre otros. Recitaba sus poemas, visitaba cárceles, plazas y fábricas como un juglar, dando a conocer sus versos a los compañeros, a los trabajadores, a los olvidados.

 

Envió su poema “Malambo del ferroviario” a los obreros detenidos en la cárcel militar de Magdalena (en el litoral bonaerense) quienes lo retribuyeron con una hermosa carta donde lo llamaron “poeta del pueblo”.

Huasi afirmaba que crear una nueva cultura latinoamericana “depende de todos en cada puesto de lucha. No le tocará a ningún elegido. No es una gracia de Dios, sino de dos: de dos pelotas”.

 

En 1976 con el arribo de la dictadura cívico-militar en Argentina tuvo que hacer las valijas. Llegó a Madrid donde intentó subsistir como periodista. Fue muy grande su tristeza y su desconsuelo ante la caída de tantos compañeros, costó sobrevivir a eso y su retorno con la democracia no fue menos triste.

 

Un 11 de marzo de 1987 fue encontrado muerto en su departamento de Buenos Aires, presumiéndose suicidio. Las fechas son inciertas.

 

La biblioteca popular de la Asociación Madres de Plaza de Mayo lleva su nombre. Alguien recuerda también que el último día que lo vieron en su trabajo (la redacción del semanario argentino El Periodista) se despidió de sus compañeros y llevó regalos a las mujeres. Le preguntaron a dónde iba. Y respondió, simple como su pluma: “A ningún lado”.