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Rogelio Irurtia

Aldo Sessa

Editorial Argencard - Ediciones de Arte Gaglianone

1988

Tapa dura, con sobrecubierta original

77 páginas

Fotografías de Aldo Sessa (b/n). Tamaño: Cuarto Mayor (29 x2 0,5)

Impreso en Buenos Aires (Argentina)

 

✶ ESTADO: 9/10. Excelente estado.

Sin detalles

 

✶ SINOPSIS:

Rogelio Yrurtia es uno de los escultores argentinos más importantes y representativos de la primera mitad del siglo XX. La vigorosa fuerza expresiva, la escrupulosidad del detalle y la belleza intrínseca de sus creaciones son verdaderamente notables. Varias de sus obras maestras, en distintos lugares de la ciudad, evocan la calidad de sus trabajos y la perennidad de su obra: la estatua de Dorrego, el Canto al Trabajo, el Moisés del mausoleo de Rivadavia, la cabeza de Alfredo Palacios.

 

Este no es un simple libro de fotografías de las esculturas de Yrurtia, sino la obra de un gran artista recreada por otro artista, un diálogo entre artistas. Con imaginación y destreza extraordinarias la cámara de Aldo Sessa ha hecho revivir a Yrurtia. Cada imagen es un descubrimiento, la aparición de una forma de expresión que había permanecido ignorada. La magnífica presentación de los boxeadores es un claro ejemplo de este raro acierto. Creo que Argencard ha prestado un verdadero servicio a la cultura realizando este libro, modesto y sencillo, pero lleno de belleza. Bonifacio del Carril de la Academia Nacional de Bellas Artes

 

Canto al trabajo

 

✶ EXTRA:

Rogelio Yrurtia (Buenos Aires, 1879–1950) fue uno de los escultores clave de la Argentina de comienzos del siglo XX. Se formó en la Sociedad Estímulo de Bellas Artes y, tras ganar el Premio Europa, continuó estudios en París con Jules-Félix Coutan; en esos años absorbió el clima de la escultura moderna y el impacto de Rodin, que filtró a su modo en un lenguaje monumental y sobrio, atento a la anatomía y al gesto contenido. Con esa base concibió un conjunto de obras públicas que moldearon la fisonomía simbólica de Buenos Aires. La más conocida es Canto al Trabajo, grupo escultórico en bronce que exalta la energía colectiva y que hoy se ve sobre Paseo Colón e Independencia (tuvo un emplazamiento previo en Plaza Dorrego).

 

Otra intervención mayor fue el Mausoleo de Bernardino Rivadavia en la Recoleta, donde integró arquitectura y escultura (incluida la figura de Moisés); el proyecto se materializó por ley nacional y reafirmó el oficio del artista en bronce y piedra. A ese corpus se suman monumentos cívicos, entre ellos los dedicados a Manuel Dorrego y Mariano Moreno, y retratos de fuerte impronta clásica que circularon en salones y espacios oficiales. La casa-taller que compartió con la pintora Lía Correa Morales en Belgrano condensa su universo: una vivienda neocolonial premiada en 1923, colmada de estudios, bocetos y piezas adquiridas en viajes (de Sívori a un temprano Picasso). Yrurtia y Correa Morales la donaron al Estado; desde 1949 funciona como Museo Casa de Yrurtia, que conserva obra propia, la de Lía y su colección personal.

 

Mirado desde hoy, Yrurtia representa una vía rioplatense de la escultura moderna: monumental pero íntima, disciplinada y, a la vez, cargada de humanidad. Entre talleres, concursos y encargos públicos, dejó una cartografía material de bronce y mármol que todavía organiza la memoria urbana de Buenos Aires.

 

Rogelio Yrurtia