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¡Tucumán! ¡Tucumán! bandas de clara luz y sombra verde

Nicandro Pereyra

Albino y Asociados Editores

1981

Tapa blanda, rústica con solapas

67 páginas

Tamaño: Folio Menor  (32x23)

Tapa: xilografía original de Albino Fernández

En interior, grabados originales de Antonio Berni, Rodolfo Cavilla, Alfredo De Vicenzo, Albino Fernández, José M. Moraña, Norberto Onofrio y Víctor L. Reebuffo (7 en total)

Impreso en Buenos Aires (Argentina)

 

¡TUCUMAN! ¡TUCUMAN!, poemas de Nicandro Pereyra, ha sido ilustrado con siete xilografías originales de Antonio Berni, Rodolfo Cavilla, Alfredo De Vincenzo, Albino Fernández, José M. Moraña, Norberto Onofrio y Víctor L. Rebuffo. La edición consta de 700 ejemplares, los cien primeros firmados por los autores y el editor, quien deja constancia de su agradecimiento por el apoyo de la Fundación Miguel Alfredo Nougués y de los señores Ramón F. Brizuela Chazarreta, Dr. José Ignacio García Hamilton y Dr. Moisés Kostzer. Se terminó de imprimir en Tecnográfica Impresora el Elcano 4017/19, Buenos Aires, para Albino y asociados, editores, 8 de julio de 1981, a los 165 años de la Declaración de la Independencia Argentina en Tucumán

 

✶ ESTADO: 9/10. Impecable estado

Sin detalles

 

✶ SINOPSIS:

iTucumán! Tucumán!, exclamación reiterativa, sugerente y de diversificada rituales. proyección. Invitación a participar en visiones y en singulares atmósferas espirituales. 

 

Tucumán, un pedazo del norte argentino que se le ha quedado adentro es, una vez más, la fuente nutricia de la poesía de Nicandro. De poema en poema, Nicandro me ha llevado por lomas, faldeos y valles de mis cerros tucumanos, me ha puesto frente a su gente, me ha hecho asomar; es casi imposible abarcar totalmente a su mundo interior, a su sentirse él. Se siente en el sollozo; el verde y la tarde de su vida se han nublado y el alma se lamenta herida, sin por qué ni cómo, porque es “inocencia desmayada". La vida le ha impreso alguna que otra herida, pero éste de hoy es el que fue, que se sucede en el asombro, en el sentimiento de libertad y justicia, en la actitud contemplativa del mundo y de sí mismo. Es criatura dentro de la vida resonante de la magia de la naturaleza y la urgido de canto, que “abre su corazón rosado y solo". 

 

El poeta toma conciencia de sus quiebras anímicas, de un quedarse "ceñido en vida”, de "llorados afanes deshechos" pero afirma su identidad en "una pizca de puma”, “en su ir y venir callado", en su soledad contemplativa, pensativa afectiva. "que trajina algún por qué", en la constancia del canto, en una territorialidad. 

 

Sigo en estos poemas el ir y venir de un Nicandro Pereyra caminante por tierras tucumanas mientras se dejaba penetrar por su paisaje, por su naturaleza, siembra fecunda de poesía. No es, sin embargo, un paisajista, un pintor descriptivo trazos nítidos. Sólo una línea, un color, una perspectiva, un nombre casi siempre. Porque, como a un conjuro mágico, el canto expresión de entrañables emociones y estados anímicos surge prioritario. Porque su aptitud de simpatía por la tierra tucumana realiza en él el prodigio de la iluminación de su yo profundo. Poema de Horcomolle, por ejemplo, traza las coordenadas de su ubicación existencial.

 

Dentro del Tucumán de Nicandro, Raco es el latido que permite pulsar una naturaleza sentida y una personalidad espiritual. Raco le siembra el alma de canto. El poeta avizora la magia entretejida en el paisaje. “Raqueñito” se declara como su máxima filiación.

 

Este santiagueño por nacimiento y tucumano en su juvenil apertura a la vida, que sigue desde hace años enhebrando versos en Buenos Aires, encuentra “ladito de corazón” figuras que integran su Tucumán; figuras con nombres propios y quehaceres y valores humanos diversos, que de diferente modo, perviven en su o cuerdo emocionado. Celebra en ellas el arte, el heroísmo, la libertad, la amistad, a un poeta de recatada labor y leve lírica y una artesanía que ahonda hasta el sentido de un rasgo ancestral y la expresa con imágenes contagiadas de la sutileza de la randa.

 

El material artístico del poeta es la lengua. Cada poeta se sirve del caudal léxico de la lengua común para hacer “su lengua”, la que lo expresará. La función nominadora, señalativa de la palabra, se invalida en virtud de la función expresiva, particular, con que el poeta la carga. Hace que las palabras no sean meros nombres de los objetos, que no signifiquen escuetamente un objeto sino expresión de visiones intuitivas de la realidad. 

 

En esta mi lectura de ¡Tucumán! ¡Tucumán! sólo dos notas de la lengua poética de Nicandro señalo, por sentirlas singularmente personales: la simbología vegetal y la abundancia de términos que connotan fluidez, levedad, "evanescencia"; instrumentos de una sensibilidad que alcanza lo inmaterial y abstracto, lanzada de sentirse vivo, desde una geografía y un entorno humano; significante de su entrañable modo. 

 

El afectivo diminutivo provinciano y los términos del habla popular, oportunamente insertados en los versos, no deslustran el lenguaje lírico. Ponen con gran economía peculiares visiones o emotividad. Son un eco, por encima de artificios regionalistas, de una modalidad idiomática escuchada y compartida, que no ha sido apagada por el vivir porteño. Testimonian una integración con sus "paisanos" por una vía más sutil, la lingüística, que la exaltación o defensa que obedece a una preconcebida posición político-social

 

De las tres partes que componen este poemario, marcadas por una mayor libertad formal la primera y por la preferencia de formas de versificación tradicionales la segunda, Nicandro ha dedicado la tercera a la copla. Reincide en esta forma que llena sus Coplas del cañaveral (1952). Sostenidos por el andamiaje de las cuartetas, Nicandro echa al aire "apuntes de Tucumán", sentires, recuerdos, nostalgias.

 

Rica gama de intenciones colorea las estrofas. Se inician las coplas con un octosílabo que modula el título de este poemario, con el diminutivo “Tucumancito”, hacia la hondura afectiva y, en los versos siguientes de la misma estrofa, hacia el deseo de perdurabilidad de lo que fue suscitador de goces espirituales únicos y notas de un tono de vida singular.

 

Que no haya queja, ni se nuble, siguen desgranando las cuartetas. El cantor vuelve con “palomas de canto”. No obstante se escucha alguna ensordinada pena de amor, dolor de olvido o el aletazo de la soledad. Y más esbozado, algún reclamo social.

 

Cuando llegó a mis manos “Apuntes con rocío de Buenos Aires”, versos con magnolia y tango (1978), escribí a Nicandro que veía que lo había cautivado la calle Corrientes, La Boca y el Parque Lezama; que había trocado el río Salí por las riberas del Plata; que Tucumán era sólo un dolido recuerdo. Sentí que se perdía para Tucumán una voz poética. 

iTucumán! iTucumán! ha curado mis tucumanos celos literarios.

 

María Delia Paladini

 

Xilografía original de José M. Moraña - Pág 7 de esta edición

 

✶ CONTENIDO:

INDICE

- Xilografía original de José M. Moraña 

- Prólogo, por María Delia Paladini

- Duele la nochecita

- Los amantes

- Xilografía original de Antonio Berni

- Las distancias

- Palabras con Ricardo Rojas

- Un adentro de Raco

- Deslinde Ibatin

- Xilografía original de Rodolfo Cavilla

- Carta para Santos Legname

- Poema de Horcomolle

- Canción para el Río Mandolo

- Xilografía original de Alfredo De Vincenzo

- Arde una diamela en la casa de Tucumán

- Aquel que viene yo he sido

Décima para una randerita

Anamaría del aire

- Xilografía original de Albino Fernández

- Caballito calimayo 

- Canción de Raco

- Letanía verde para Fortunata

- Cantar de despedida

- Décima

- Cantar para Doña Filotea y su hijo Demetrio 

- Décimas con hombre qué

- Y Lobo de la Vega está soñando

- Sigo siendo Eulogio Castro

- Xilografía original de Norberto Onofrio

- Décimas para la poeta Amalia Prebisch

- A una casa de tucumanos en Buenos Aires

- Valentín Thibon de Libian ausente

- Relaciones con Tucumán

- Xilografía original de Víctor L. 

- Glosario

- Rebuffo

- Obra publicada 

 

Xilografía original de Alfredo De Vicenzo - Pág 29 de esta edición