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Presentacion de Rodolfo Fogwill

Ricardo Strafacce

Editorial Blatt y Rios

2024

Tapa blanda, rústica con solapas

535 páginas

Apéndice con fotografías, cartas y escaneos (blanco y negro)

Impreso en Buenos Aires (Argentina)

 

✶ ESTADO: 10/10 (Nuevo)

Nuevo

 

✶ SINOPSIS:

Presentación de Rodolfo Fogwill. Una monografía es un enorme trabajo crítico y, en parte, de investigación biográfica. El sujeto de investigación es Fogwill, su extensa obra, que se analiza en detalle. La mirada de Strafacce descubre, muestra y va contra algunos supuestos o lugares comunes de la obra, creados por la crítica, el periodismo y por Fogwill mismo, que además de escribir fue una máquina de leerse y así fundó un mito de autor. También contextualiza políticamente las condiciones de producción de esa obra, y revisa así la historia reciente del país.

A Presentación de Rodolfo Fogwill lo llamamos «el Fogwill de Strafacce», porque también hay un «Lamborghini de Strafacce» y un «Aira de Strafacce»: uno es eminentemente biográfico, el otro, cartográfico y el nuestro, crítico.

Con esta investigación, Ricardo Strafacce completa entonces una trilogía dedicada a un canon personal. Es un trabajo en el que no concede nada y donde entrega nuevamente toda su capacidad como lector, escritor y crítico. Mediante la lectura rigurosa, abarcando, como suele hacer, un amplio corpus literario, retoma una manera de leer y así, aquí, una manera de pensar a Fogwill en el espacio de la literatura argentina en el que le tocó moverse.

 

Rodolfo Fogwill (1941-2010)

 

✶ CONTENIDO:

INDICE

- Agradecimientos

- Prólogo

- Fuentes, citas y referencias

1. En las Artes y en las Ciencias

1. Se escribió [sobre el Concurso Coca-Cola]

2. Primeros movimientos [sobre los relatos anteriores a Mis muertos punk]

2. Se escribió [sobre los cuentos incluidos en Memoria Romana y otros relatos

inéditos]

3. La chica del luto de tul [sobre Mis muertos punk]

3. Se escribió [sobre Mis muertos punk]

4. Parodias y vanguardias [sobre Un guión para Artkino y La buena nueva...]

4. Se escribió [sobre Un guión para Artkino]

5. Los motivos del caminante [sobre La buena nueva de los Libros del Caminante]

5. Se escribió [sobre La buena nueva de los Libros del Caminante]

6. Occidental y cristiano [sobre Nuestro modo de vida]

6. Se escribió [sobre Nuestro modo de vida]

7. X [sobre Una pálida historia de amor]

7. Se escribió [sobre Una pálida historia de amor]

8. Excursus: una historia brillante [sobre las correcciones a Una pálida historia de

amor]

9. Diario de una novela [sobre “Memoria Romana”]

9. Se escribió [sobre Memoria Romana y otros relatos inéditos]

10. El realismo imaginario de las islas [sobre Los Pichy-cyegos]

10. Se escribió [sobre Los Pichy-cyegos]

11. Influencias sin angustias [sobre Música japonesa]

11. Se escribió [sobre Música japonesa]

12. Excursus: una denuncia casi secreta [sobre un párrafo de “Los pasajeros del

tren de la noche”]

12. Se escribió [sobre “Los pasajeros del tren de la noche”]

13. Todas las familias se parecen [sobre Ejércitos imaginarios I]

13. Se escribió [sobre “La larga risa de todos estos años”]

14. El siglo corto de la literatura argentina [sobre Ejércitos imaginarios II]

14. Se escribió [sobre Ejércitos imaginarios]

15. La comedia del comedido [sobre los artículos que Fogwill publicó entre 1982 y

1983]

16. El año orwelliano de Fogwill [sobre los artículos que Fogwill publicó en

1984 I]

17. El aguafiestas [sobre los artículos que Fogwill publicó en 1984 II]

16-17. Se escribió [sobre los artículos que Fogwill publicó en 1984]

18. Leerle a él [sobre lo que Borges dijo o no dijo de Fogwill]

18. Se escribió [sobre lo que Borges dijo o no dijo de Fogwill]

19. Operar sobre Borges [sobre el concurso de Círculo de Lectores]

19. Se escribió [sobre el concurso de Círculo de Lectores]

20. John Ward [sobre Borges]

20. Se escribió [sobre “Juan López y John Ward”]

21. Automóviles y cigarrillos [sobre “Sobre el arte de la novela” I]

22. El martirio del otro Genette [sobre “Sobre el arte de la novela” II]

21-22. Se escribió [sobre “Sobre el arte de la novela”]

23. Coñac del país [sobre “Help a él” I]

24. Jarabe de ver [sobre “Help a él” II]

23-24. Se escribió [sobre “Help a él”]

25. Realismo universitario premoldeado [sobre “Camino, campo, lo que sucede,

gente”]

25. Se escribió [sobre “Camino, campo, lo que sucede, gente”]

21-25. Se escribió [sobre Pájaros de la cabeza]

26. La tesis romántica de la musa [sobre Muchacha punk y Restos diurnos]

26. Se escribió [sobre Muchacha punk]

26. Se escribió [sobre Restos diurnos]

27. Última novela mala [sobre Vivir afuera]

27. Se escribió [sobre Vivir afuera]

28. Lituania [Quique Fog vs. Ricky Pig]

28. Se escribió [sobre Fogwill, Aira y Lamborghini]

29. Sobrevivir adentro [sobre vivir a secas]

30. La conquista de España [sobre “Cantos de marineros en La Pampa”]

30. Se escribió [sobre “Cantos de marineros en las pampas”]

31. Últimos cuentos [sobre “Lo Cristalino”, “Un cambio de orgánico”, “Las are-

nas de entonces” y “Otra muerte del arte”]

31. Se escribió [sobre “El almohadón de plumas”]

32. Simultáneas [sobre La experiencia sensible, En otro orden de cosas y Urbana]

32. Se escribió [sobre La experiencia sensible, En otro orden de cosas y Urbana]

33. El realismo sexual de la ruleta [sobre La experiencia sensible]

33. Se escribió [sobre La experiencia sensible]

34. Una biografía mezclada [sobre En otro orden de cosas I]

35. En la torre del Opus Dei [sobre En otro orden de cosas II]

34-35. Se escribió [sobre En otro orden de cosas]

36. El arte de novelar [sobre Urbana]

36. Se escribió [sobre Urbana]

37. El epílogo [sobre La introducción]

37. Se escribió [sobre La introducción]

38. Ser o no ser (escrito)

- Bibliografía citada

- Bibliografía de Fogwill

- Archivo de tapas

- Índice onomástico

 

✶ EXTRA: Prólogo de esta edición - Ricardo Strafacce

 

Esto no es una biografía. Mucho menos, un estudio académico. Se trata, apenas, de un recorrido por la obra de ficción en prosa (novelas y cuentos) de Rodolfo Enrique Fogwill (Quilmes 1941-Buenos Aires 2010). Como consecuencia de este primer recorte, ha quedado a salvo de mis comentarios toda la obra poética (El efecto de realidad y otros poemas, Las horas de citar, Partes del todo, Lo dado, Canción de paz, Últimos movimientos y Gente muy fea), que disfruto en grande, pero cuyo análisis excede mis competencias. También dejé fuera de mi análisis La gran ventana de los sueños y Runa, ya que en ambos textos brilla, más allá de su realización narrativa, un fondo de intimidad y de poesía que no cabe en este libro.

En cuanto a los artículos publicados en diarios y revistas, he considerado sólo una parte. El primer criterio de selección fue concentrarme casi exclusivamente en los trabajos que Fogwill incluyó en Los libros de la guerra, el volumen en el que en 2008 decidió reunirlos. Dentro de estos, elegí glosar aquellos aparecidos en un momento crucial de la historia política y literaria del país (restauración de- mocrática, inminencia del posBorges), período en el que nuestro autor suspendió  momentáneamente su producción literaria para intervenir, enfática y profusamente, en publicaciones de la más diversa índole y sobre los temas más variados, en cuanto debate público estuviera planteado (muchas veces planteado por él mismo). Varios de esos artículos, que dialogan con algunos cuentos y con todas las novelas, contienen, viéndolos retrospectivamente (en su momento era difícil percibirlo), uno de los análisis más lúcidos, más intrépidos y más patrióticos del drama argentino que se hayan hecho jamás.

Volviendo a mi trabajo, partí de la base de que aun quien conozca la obra de Fogwill acabadamente podría no tener del todo presente uno u otro texto en el momento de la lectura de este libro. Para ese lector, para quienes hubieran visitado esta obra sólo parcialmente e, incluso, para quienes no la hubieran visitado en absoluto, he acompañado mis comentarios de breves resúmenes de la novela, el cuento o el artículo de que se trate.

También di cuenta abreviada de los relatos que otros autores presentaron a un concurso que nuestro autor hizo famoso, resumen que, quizás, sea útil parahacerse una idea del  gusto imperante (“Un mismo estilo hipócrita de realizar la guerra y la literatura” [Pichys: contratapa]) cuando Fogwill emergió en el campo literario argentino con pretensiones −fundadas− de centralidad.

Elegí para mi recorrido por las novelas el orden cronológico de su escritura en desmedro del de su publicación, aun cuando en algunos casos (La buena nueva de los Libros del Caminante, Un guión para Artkino, Una pálida historia de amor) hayan transcurrido muchos años entre una y otra instancia. En el caso de los libros de cuentos, que siempre incluyeron piezas de diversas fechas, este criterio se mostró insuficiente, de modo que debí combinarlo con el de la fecha de publicación.

Al comenzar este trabajo me sorprendió gratamente constatar que, contra lo que yo suponía, es mucho lo que se ha escrito sobre Fogwill, tanto en la prensa como en la academia. Mi primera idea fue dialogar con ese corpus dentro de mi propio texto, pero rápidamente mi tentación de coincidir con algunas intervenciones y discutir con otras fue tan intensa que preferí escuchar esas voces en silencio. Como resultado de esa decisión, me he permitido comentar en soledad, sin intromisiones, las novelas y cuentos de Fogwill, y agregar tras cada capítulo, como apéndice y bajo el título “Se escribió”, alguno de esos estudios o reseñas relativos al texto o conjunto de textos comentados en el capítulo precedente. A veces, sobre todo en las intervenciones académicas, debí fragmentar el texto en cuestión. Procuré hacerlo con tino, pero si ello no fuera así, su inclusión −fragmentada− valdrá, al menos, como referencia bibliográfica para quien desee profundizar. Existe consenso general respecto de que, a pesar del pronóstico que formuló Borges en el prólogo de Informe de Brodie (“... pronto nos cansaremos o ya estamos cansados” [1989: 1022]), la categoría realismo, lejos de caer en desuso, revive una y otra vez. El crítico José Luis de Diego ha señalado [2003 (2004): 266-267] que una de las formas que se han encontrado a partir del siglo xx para seguir usando el término pero, al mismo tiempo, distinguirlo de realismos anteriores, ha sido adjetivarlo (realismo crítico, frente al realismo socialista; realismo mágico contra el realismo “crudo” de las “novelas de la tierra” ; etc.). En nuestro país –recuerda De Diego− Oscar Masotta definió el estilo de Roberto Arlt como realismo metafísico. Y apunta un par de ejemplos más: realismo inseguro (Marcelo Cohen); realismo delirante (Alberto Laiseca).

En nuestro caso, si prescindimos de algunos cuentos primerizos que, a falta de otra denominación, llamaremos “lúdicos” (“Tierra de nadie”, “Viéndolos pasar”) y algunos de madurez de carácter fantástico (“Dos hilitos de sangre”, “Japonés”), alegórico (“Los pasajeros del tren de la noche”) o festivo (“Otra muerte del arte”), podemos decir que los cuentos de Fogwill son realistas. Otro tanto cabe afirmar de las novelas, con excepción de Un guión para Artkino, una parodia futurista.

Ahora bien: ¿qué clase de realismo es el de Fogwill? En tren de adjetivarlo, digamos que se trata de un realismo desviado, nunca mimético, jamás televisivo, never cocoliche. Un ejemplo entre muchos posibles: el señor Critti, personaje de La experiencia sensible, es italiano y tiene una pronunciación particular del castellano. El narrador avisa que Critti elude (no “se come”) las eses. Pero cuando leemos sus parlamentos no falta ni esa ni ninguna otra consonante porque el autor las ha tecleado concienzudamente.

Este realismo, ya desviado, además se desrealiza macedonianamente (Usted está leyendo una ficción, no lo olvide ni por un momento) de manera frecuente y cuando el lector menos se lo espera. Una especie de “suspensión de la credulidad” vanguardista y clásica a la vez que, lejos de demorar la lectura, la acelera. Como si Fogwill quisiera desacomplejar a su lector (Esto que escribo no ocurrió; lea sin culpas o váyase).

Establecida esta caracterización general, podemos echar mano de una verdadera cornucopia de epítetos y definir a la poética de Fogwill como realismo digresivo (La buena nueva de los Libros del Caminante) realismo sensorial (Una pálida historia de amor), realismo yuppie (“Sobre el arte de la novela”), realismo imaginario (Los pichy-cyegos), realismo alucinado (“Help a él”), realismo técnico inventado (En otro orden de cosas), etc. Más seriamente: el realismo de Fogwill es un realismo de vértigos diegéticos y lingüísticos. La prosa-Fogwill fluye a velocidades supersónicas y, mientras afuera de la frase (el “referente”) se recorren distancias siderales o se cuenta una vida entera en medio párrafo, adentro de la frase (el “estilo”) ocurren muchas otras cosas –gramaticales, sintácticas− que miman (emulan, copian, “reproducen”) a la peripecia y a la vez son mimadas por ella. El realismo de Fogwill es, como sugerí recién, un realismo de vanguardia. O mejor: una vanguardia realista.

Hace unos años le escuché decir a Luis Chitarroni, a propósito de la relación que Kafka tenía con el idioma alemán, que el autor de Das Schloss usaba las palabras como si tuviera que devolverlas al día siguiente. Salvando las distancias, yo me he atrevido a usar términos como realismo, vanguardia, estilo, referente y algún otro de similar espesor con ese mismo ánimo, de modo que en cuanto ponga punto final a este prólogo y, en consecuencia, termine el libro, los doy por devueltos a quien los reclame.

 

Ricardo Strafacce